Si tienes una hipoteca referenciada al IRPH, conviene revisar cómo se firmó. El Tribunal Supremo ha dejado claro que no todas las cláusulas son iguales y que algunas pueden examinarse con detalle. Te lo explicamos…
Durante años, el IRPH (Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios) ha sido uno de esos índices que generan más dudas que certezas. Muchos clientes lo miraban con desconfianza, otros ni sabían que lo tenían, y algunos han vivido auténticas odiseas intentando entender por qué su cuota subía más que la del vecino. Ahora, con las últimas decisiones del Tribunal Supremo (TS), por fin empezamos a tener un mapa más claro. Y eso significa algo importante: hoy es más sencillo saber si tu hipoteca tiene recorrido para reclamar o si está correctamente aplicada.
En nuestro despacho llevamos semanas analizando estas resoluciones y hay una idea clave que conviene explicar con calma: el IRPH no se anula automáticamente, pero tampoco se valida sin más. Cada caso depende de la información que se entregó al cliente cuando firmó la hipoteca y de cómo estaba redactada la cláusula.
Esto, dicho de forma más simple, significa que:
- Puede que tu hipoteca esté bien;
- Puede que tengas derecho a reclamar;
- O puede que el banco no explicara lo suficiente y tengas opciones reales de recuperar dinero.
Y para saberlo, es imprescindible revisar tu documentación.
¿Qué está diciendo hoy el Tribunal Supremo?
El Supremo ha dejado claro que no existe una respuesta única: no todas las hipotecas con IRPH son abusivas, pero algunas sí pueden serlo, y depende de si se informó bien al consumidor.
Los jueces están mirando cosas como:
- Si te explicaron cómo se calculaba el IRPH,
- Si tuviste acceso a la escritura antes de firmar,
- Si entendiste el diferencial, la TAE y la fórmula del índice,
- Si sabías que el IRPH funcionaba de forma distinta al Euríbor,
- Si recibiste documentación previa o si todo se resumió en “firma aquí”.
Algo tan básico como haber tenido otros préstamos antes, o haber recibido la escritura unos días antes de la firma, puede cambiar el resultado. Por eso insistimos: cada caso debe mirarse con lupa.
¿Qué significa esto?
Si tienes una hipoteca con IRPH, lo lógico es preguntarte: ¿puedo reclamar? ¿puedo recuperar intereses? ¿mi cláusula era transparente?
La respuesta ya no está en artículos generalistas o en vídeos apocalípticos. La respuesta está en tu escritura, en tu oferta vinculante, en los papeles que te entregaron y en lo que realmente pudiste entender cuando te sentaste frente al notario.
Con las nuevas sentencias, hay clientes que:
- No podrán reclamar, porque su banco informó correctamente;
- Sí podrán reclamar, porque la información fue insuficiente;
- Y otros que, aunque la cláusula no fuera del todo transparente, tampoco podrán anularla si no existió un desequilibrio real en su contra.
No todos ganan. No todos pierden. Pero muchos pueden saberlo hoy con certeza.
Si tienes IRPH, esto te interesa
Una revisión profesional puede ayudarte a saber:
- Si tu cláusula cumple con la transparencia que exige la ley;
- Si hubo falta de información en el momento de contratar;
- Si existe un posible desequilibrio económico;
- Cuánto podrías recuperar si el índice fuera declarado nulo en tu caso;
- Y si realmente merece la pena iniciar reclamación o no.
No todos los casos justifican una demanda, pero los que sí tienen recorrido suelen tener importes importantes en juego.
En qué te podemos ayudar
Nuestro equipo analiza tu hipoteca:
- Revisamos toda la documentación,
- Estudiamos si encaja en los supuestos que los tribunales consideran reclamables,
- Y te decimos de manera clara si merece la pena seguir adelante.
Sin tecnicismos absurdos. Sin falsas expectativas. Solo una respuesta clara sobre tu caso real.
Tener o no tener derecho a reclamar no es cuestión de suerte. Es cuestión de cómo se informó al cliente, qué documentación recibió y qué entendió.
Si tienes una hipoteca con IRPH -o si crees que la tienes-, lo más prudente es revisarla ahora, con los criterios que están aplicando los tribunales. A veces la diferencia entre reclamar o no reclamar está en un párrafo de la escritura que pasa desapercibido.

